Capítulo anterior
Historia del Chiru chiru parte 7 (la aparición de la virgen)... Dedicado al fiel seguidor del Blog (Carlos Gongora). Sin su apoyo constante jamás habría terminado con el relato. Así mismo agradezo a Jose Bustillos. Quien me llevó a conocer a Oruro, ciudad mágica y misteriosa que inspira siempre diferentes relatos. También agradezco a Noelia Marquina que me mandó un CD con fotos de algunos viajes que incluían la foto del museo del Chiru-chiru (capítulo 1). Cuando ví la foto sentí el llamado del teclado para escribir esta obra que hoy termina. Gracias !! En el anterior capítulo, el Chiru chiru había despertado en una cueva. Sus amigos se abrazaron alegres de que el chiru haya recobrado el conocimiento.
- Chiru ¡!. Pensamos que te habías ido ¡!. Ya sabíamos que mala yerba nunca muere. A lo que todos respondieron con una sonora carcajada.
El Chiru estaba todavía muy triste y apenado. Bastante reflexivo y algo atontado.
- Que estabas soñando Chiru ?. Te pusiste a llorar en sueños. Hablabas incoherencias.
El chiru se toco el cuello. Estaba rojo. No era un sueño. Lo habían ahorcado. Sentía todo su cuerpo adolorido. Al final atinó a preguntar.
- Que paso ?.
El chiru agonizaba en la horca, ya se estaban poniendo sus ojos blancos y estaba temblando. La gente indignada comenzó a atacar. Toda su banda de compañeros estaban mezclados entre la gente. Atacaron a todos los guardias, hicieron asustar a los caballos y atacaron al verdugo y la guardia.
Al final, lo bajaron al Chiru y se lo llevaron a caballo. Entre tiroteos se murieron 10 soldados y 6 ladrones chiruchenses. Ahora estaban seguros en una de sus cuevas. La guardia española no atacaba a las cuevas de forajidos. Preferían atrapar a los ladrones cuando iban estos a la ciudad en busca de comida.
- El chiru estaba muy triste por la muerte de sus amigos.
Al final dijo.
- Amigos, yo sin ustedes estaría muerto. No merezco la amistada que me dan. Al estar tan cerca de la muerte, me doy cuenta que solo me he ocupado de robar, tomar y de las mujeres. Realmente no he sido una buena persona.
Todos se mataron de risa.
- Qué buena chiru, siii, deberías ser fraile.
Pero el chiru tenía una cara diferente. Una cara de tristeza. Tal vez la horca le había quitado mucho aire en el cerebro, pero no parecía bromeando.
- Amigos, he visto a la buena y santa virgencita María. Ella los ha usado a ustedes para darme una oportunidad más en la vida. Les agradezco que me hayan acompañado este tiempo. Yo me retiro del negocio.
Algunos se rieron de nuevo. Otros, se dieron cuenta que hablaba en serio, pero no atinaron a decir nada pues los agarró de sorpresa. Hasta que uno dijo…y que piensas hacer ?.
- Simplemente dejar de pecar para ir al cielo. Todos nosotros deberíamos hacer eso. Todos sabemos en nuestra conciencia lo que es bueno y malo. Sin embargo, por alguna razón nos vamos por el otro caminito. Lo que yo les pido es no torcer el camino.
Todos estaban mudos. El chiru, se alejó a otra región de la cueva. Los dejó a todos reflexionando.
La gente se fue a dormir muy pensativa y preocupada. Los optimistas pensaron que se le pasaría esa idea a los pocos días. Sin embargo uno de ellos lo miró de lejos en su cuarto (tenía una cueva más cómoda que los otros ), poniendo velitas y dedicándose a rezar. Esa señal mostraba un cambio profundo. Al final todos comenzaron a dormir.
En la madrugada, salió de la cueva. Todos dormían.
A las 4 de la mañana, Lorenza su novia oyó un ruido en la ventana de su casa. Lo vio al Chiru que con un palo de varios metros algo escalonado se ayudó para trepar a la casa.
Ella le abrió la ventana, lo hizo pasar y en susurros comenzaron a hablar.
- Chiru ¡!, pensé que no te vería más.
- Acá me tienes
- Sal de acá. Si mi padre te ve te mata.
- Si no estoy contigo igual muero.
- Te prefiero vivo y sin mí, que muerto sin nadie.
Y ahí se abrazaron.
- No quiero perderte dijo ella.
- Vamos a huir hoy. Nos iremos a la villa de Oropesa (Cochabamba-Bolivia). Me dijeron que ahí crecen árboles frutales por todos lados. Tendremos muchos hijitos, un perro. No soy bueno para sembrar, pero tendremos varios árboles frutales.
- Hay Chiru, te amo.
- Seremos muy felices, ya lo verás.
-
FELIZ MI CU@#@# dijo el papá de LorenzaAhí estaba el papá de Lorenza. Con una espada en la mano. Fue directo a atacar al Chiru.
Este con su brazo trató de detener la espada. Que le hizo una cortadura enorme en el brazo.
Lorenza simplemente gritaba. El chiru saltó a la cama para esquivar la espada. Cuando el padre se subió a la cama, el chiru fue hacia la puerta de salida, pero el papá le lanzó la espada. La espada cayó al piso pero antes llegó a hundirse al lado derecho de la espalda, cerca a los riñones.
El chiru llegó a huir, pero choreaba sangre. Al estar tan oscuro, no se animaron a perseguirlo.
La situación era tensa y el señor Choquiamo se calmó al haberlo herido de gravedad.
Al día siguiente todos se alegraron de saber que el chiru había sobrevivido de la horca. Pero las manchas en la calle y los chismes, les indicaron que el chiru estaba herido de gravedad.
Ese día solo se hablaron chismes. Unos decían que lo vieron huir hacia su cueva. Otros decían que lo vieron escupir sangre. Pero tal vez el relato más interesante entre los chismes era de doña Casimira.
Ella dijo que lo vio botado en el piso ya a punto de morir y una señora de manta blanca muy brillante, le ayudo a incorporarse y lo ayudó a caminar.
Con algunos ladrones que lo habían rescatado en la cueva corrió el rumor de que era la virgencita quien lo había salvado nuevamente.
A los 3 días de no saber nada, comenzaron a buscarlo en las cuevas de las minas. El Chiru inicialmente vivía en el barrio de San Miguel. Cuando ya fueron muchas sus fechorías llegó a vivir en diferentes cuevas o minas antiguas. A veces minas nuevas. Era imposible atraparlo. Así que buscaron en varias minas. Al final lo encontraron.
Eran 2 chicos (del grupo de ladronzuelos amigos del Chiru) quienes lo encontraron. El Chiru yacía muerto en el piso y en la cabecera estaba una imagen de la virgen en tamaño real.
El Chiru no pudo haberlo pintado. La imagen era perfecta. Tampoco la pudo haber robado. Nadie de la ciudad había reportado un robo de algún cuadro. Peor aún se sorprendieron los ladrones amigos de él ya que lo oyeron hablar de la virgencita la última vez. Cerca a la virgen habían varias velitas en su alrededor.
Mucha gente se arrepintió de sus pecados en ese momento.
Todos iban a visitar al Chiru y a la imagen milagrosa. La fe de todos aumentó en ese momento. Jamás habían visto algo semejante.
A veces Cristo tiene que hacer milagros de este tipo para que la gente crea en él. El ser humano por naturaleza no cree a menos de que vea algo tangible como un milagro.
Desde esa vez, la gente decidió con el permiso del obispo, danzar en honor a la virgen. Que se llegó a llamar la virgen del socavón.
Son más de 200 años y la gente sigue bailando en honor a la virgencita. Conozco a un amigo cuyo padre sobrevivió milagrosamente de una operación luego de que lo encomendaron a la virgencita. En su honor y como agradecimiento bailan un determinado número de años.
Los milagros de este tipo son cientos de miles. Oruro es actualmente una de las ciudades más pobres de Bolivia. Yo podría decir que la más pobre de las ciudades principales de los 9 departamentos de Bolivia. En esta ciudad, el acontecimiento más importante de todo el año es el carnaval. Miles de grupos danzan y existen miles de bandas. El año 2009 bailaron 40000 bailarines y 10000 músicos. El acontecimiento acogió a 500000 espectadores (la población de la ciudad en Oruro es de 200000 habitantes aproximadamente). Quién diría que un ladrón, atracador podría causar uno de los principales eventos de fe de toda Bolivia ?. Como dice la Biblia.
“Los últimos serán los primeros”
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